Ya en 2004, llegó Tim O’Reilly ya definió la web 2.0. Personas que se conectan con personas. Y a todos nos gustó, los usuarios nos volvimos más y más críticos, queríamos participar, compartir… el uso de youtube era cada vez mayor, las wikis ganaban más y más importancia, habían nacido las primeras redes sociales (Flickr)… Y aquí seguimos, 5 años después, ya casi seis, y las cosas han evolucionado. Pero, ¿han cambiado?
Ahora tenemos Facebook que no sabemos muy bien cómo va a crecer más, un Twitter que no llega a definir su modelo de negocio, redes sociales que nacen cada día para que se comuniquen peluqueros con peluqueros, publicistas con publicistas, bloguers con bloguers… gremios online dónde comparten información sobre su oficio. Los buscadores se han convertido en nuestras páginas de inicio y no usamos la barra del explorador para ir a una página, además que duda que nos surja duda que preguntamos a los millones de usuarios de internet ¿por qué confiamos más en la opinión de otro usuario, que en la de un especialista? porque al fin y al cabo es otra persona como cualquiera de nosotros la que nos responde. Si me pidiesen una palabra que definiera la web 2.0 sería Web Participativa.
Se habla de una web 3.0, de una web semántica… una web en la que serán las propias aplicaciones web las que se conecten a otras aplicaciones web para mejorar la experiencia de las personas, mejorar su experiencia online. Esta Inteligencia Articial, una máquina capaz de seleccionar aquellos contenidos que son de mi interés sin que yo tenga que estar buscándolos, sonaba a ciencia ficción hace unos años, pero ya es una realidad.
De momento sabemos que X no es igual a 1, ahora nos queda saber si el 2010 no demostrará las diferencias de la web 3.0.