Este fin de semana fui a visitar dos museos: el museo Rath y el museo de Etnografía de Ginebra. el motivo de ir a visitarlos fue que la entrada era gratis y como no sabía que me iba a encontrar en ellos, opte por la visita el día gratuito y así el coste de oportunidad, en caso de que no me gustasen, sería menor. El resultado, dos experiencias «gratuitas» muy distintas.El
museo Rath se convirtio en un paseo entre las salas, observando obras contemporáneas suizas sin el mayor conocimiento del arte Suizo. Una visita de 1 hora escasa y que, sin entrar en una critica artistica a las obras (porque no soy critico de arte), no generó ningun tipo de interés más allá de haber visitado un museo que ya puedo tachar de la lista de cosas a hacer durante mi estancia en Ginebra. Tras este, fui al «
MEG«. Nada más llegar, un voluntario del museo se acerco a mí y me comentó que en 10 minutos comenzaría una visita comentada (también gratuita) por la exposición sobre Madagascar. Y eso hice, espere 10minutos y me uní a la visita comentada. Además de que el guía nos explico con todo detalle y (para los que no somos francófonos, sobre todo) de forma muy clara un montón de curiosidades sobre el fotógrafo, las fotógrafías, la propia cultura de Madagascar y comentó algunas técnicas utilizadas por el autor al hacer las fotografías. Suerte, además, de que el embajador de Madagascar estaba también en la visita e hizo una pequeña intervención contando algunas curiosidades. Cuando acabamos de ver la exposición, el mismo guía nos indico un poco sobre qué trataban las otras dos exposiciones, nos recomendó visitarlas y nos deseó un buen día. Y eso hice, visité también las otras dos exposiciones: una sobre música y folklore de cada país, y otra sobre la imagen de la diosa Kannon.
Como usuario, ¿cuál de los dos volveré a visitar? Y es que tan aplicables son los recursos del marketing a la venta de un producto, como a la promoción de un museo. Bien es cierto que ante algo que te ofrecen gratuitamente, no esperas gran cosa: quizas que sea efectivo, que cumpla con la promesa de venta o que puede que sea interesante probarlo; pero como es algo gratis, en el caso de que no funcione, no generá en una gran decepción: «al fin y al cabo, era gratis».
Sin embargo, hacer de una experiencia de usuario «gratuita», una experiencia altamente satisfactoria significará un nuevo cliente, consumidor, amigo. Siguiendo con mi experiencia en los museos, ahora sentiré curiosidad por visitar nuevamente el MEG y estaré al tanto de nuevas exposiciones, y lo que es más, en mi próxima visita no esperaré al día gratuito, sino que pagaré por entrar, porque ahora se lo que me ofrece el museo. O lo que es lo mismo, trasladado a cualquier acción de marketing gratuito, la primera experiencia del usuario debe ser cuidada si queremos que se conviertan en repetidas experiencias de usuario.